Una aproximación ilocucionaria a la teoría de falacias
An Illocutionary Approach to Fallacy Theory
J.
Martín Castro-Manzano
josemartin.castro@upaep.mx
UPAEP
Universidad
Puebla, México
Fecha de recepción: 05-01-2019
Fecha de aceptación: 03-10-2019
Resumen: Tradicionalmente, las
falacias han sido definidas como patrones de razonamiento inválido con
apariencia de validez; sin embargo, debido a los problemas taxonómicos que esta
definición genera, varios proyectos han surgido para superarla. Nosotros creemos,
no obstante, que asumiendo la posición tradicional todavía podemos obtener
resultados interesantes. Para mostrar esto, en este trabajo proponemos la tesis
de que algunas de las falacias más comunes son instancias de argumentos
inválidos en la lógica ilocucionaria de Searle y Vanderveken, lo cual, en
nuestra opinión, resulta ser una solución más bien tradicional. Para alcanzar
nuestra meta seguimos tres pasos: primero comenzamos por ofrecer una breve
exposición del tratamiento estándar de las falacias que nos permite observar
una asimetría explicativa; posteriormente, presentamos los aspectos de la
lógica ilocucionaria de Searle y Vanderveken que son relevantes para nuestros
fines; y finalmente, sugerimos algunos modelos ilocucionarios, para cinco falacias,
que muestran en qué sentido son deductivamente inválidas.
Palabras clave: Falacia informal; acto de
habla; lógica ilocucionaria; pragmática; validez.
Abstract: Fallacies
have been traditionally defined as patterns of invalid reasoning that appear to
be valid; however, due to the taxonomical difficulties of this definition,
several projects have emerged in order to improve it. We believe, nevertheless,
that by positing the traditional view we still can obtain interesting results.
To show how this is so we claim that some of the most common fallacies are
instances of invalid arguments within the Searle & Vanderveken’s
illocutionary logic, which, in our opinion, turns out to be a rather
traditional solution. To reach this goal we follow three steps: first we offer
a brief exposition of the standard treatment of fallacies that enables us to
notice an explanatory assimetry; then we present the features of Searle &
Vanderveken’s logic that are relevant for our purposes; and finally we suggest
some illocutionary models, for five fallacies, that show in what sense they are
deductively invalid.
Keywords: Informal
fallacy; speech act; illocutionary logic; pragmatics; validity.
1.
Introducción
Tradicionalmente, las falacias han sido definidas como
patrones de razonamiento inválido con apariencia de validez; sin embargo,
debido a los problemas taxonómicos que esta definición genera (véase Hamblin,
1970; Hansen, 2002), varios proyectos han surgido para superarla (véase Van
Eemeren y Grootendorst, 1995). Nosotros creemos, no obstante, que asumiendo la
posición tradicional todavía podemos obtener resultados interesantes. Para
mostrar esto proponemos la tesis de que algunas de las falacias más comunes son
instancias de argumentos inválidos en la lógica ilocucionaria de Searle y
Vanderveken (1985), lo cual, en nuestra opinión, resulta ser una solución más
bien tradicional.
Para
ilustrar este punto procedemos de la siguiente manera: en la Sección 2
ofrecemos una breve exposición del tratamiento estándar de las falacias;
posteriormente, en la Sección 3 explicamos los aspectos de la lógica
ilocucionaria de Searle y Vanderveken que son relevantes para nuestros fines; y
finalmente, en la Sección 4 presentamos una aproximación ilocucionaria a la
teoría de falacias a través del modelado de cinco falacias populares para
mostrar en qué sentido son deductivamente, y por ello tradicionalmente,
inválidas.
2.
El tratamiento estándar
Desde el revolucionario trabajo
de Hamblin (1970), el tratamiento tradicional de las falacias ha sido conocido
como el tratamiento estándar. Según
este tratamiento, una falacia es un patrón de razonamiento inválido que parece
ser válido (Hamblin, 1970: 12; Hansen, 2002). Este tratamiento estándar o
tradicional —cabe mencionar que el adjetivo “tradicional” no significa, en este
contexto, “aristotélico” o “medieval”— es el tratamiento típico que encontramos
en los manuales contemporáneos de lógica, por ejemplo en Copi y Cohen (1990), o
en sitios web populares. Sin embargo, a pesar de su popularidad y ubicuidad,
este tratamiento es problemático porque, como argumenta Hamblin, es poco
sistemático para nuestros estándares contemporáneos y es:
[...] as debased, worn-out and dogmatic […] as could be
imagined —incredibly tradition-bound, yet lacking in logic and in historical
sense alike, and almost without connection to anything else in modern Logic at
all[1] (Hamblin, 1970: 12).
De hecho, continúa la crítica,
existe una asimetría: no tenemos una teoría de las falacias en el sentido en
que sí tenemos teorías de razonamiento correcto y, sin embargo, sentimos la
necesidad de clasificar ciertas formas de razonamiento falaz que introducen
consideraciones que sobrepasan los alcances de la lógica (Hamblin, 1970: 11).
Esto ocurre, por ejemplo, al considerar cuatro falacias informales y comparar
su tratamiento estándar con su respectiva crítica: ad misericordiam (Copi y Cohen, 1990: 104; Hamblin, 1970: 43), ad populum (Copi y Cohen 1990: 104;
Hamblin, 1970: 44), ad ignorantiam
(Copi y Cohen, 1990: 93; Hamblin, 1970: 43) y ad baculum (Copi y Cohen, 1990: 105; Hamblin, 1970: 43).
Después
de la crítica de Hamblin, los enfoques para estudiar falacias han preferido
rechazar el tratamiento estándar para favorecer otros enfoques, pues en el
proscenio del teatro posthamblinano las falacias aparecen como bestias
inferenciales imposibles de domesticar. Hamblin tiene razón: no tenemos una
teoría de falacias en el mismo sentido en el que tenemos teorías de razonamiento
correcto; y si bien existen teorías que ofrecen un marco comprensivo para
estudiarlas (Finocchiaro, 1981; Johnson y Blair, 1993; Woods y Walton, 1989;
Van Eemeren y Grootendorst, 1995), no ofrecen un enfoque formal unificado. En
este trabajo aprovechamos esta carencia y sugerimos una aproximación formal
dentro del marco de la lógica ilocucionaria de Searle y Vanderveken.
3.
S&V
Después de los aportes de Austin y Sbisa
(1962/1975) y Searle (1969) se ha argumentado que la unidad mínima de
comunicación es cierto acto de habla llamado acto ilocucionario (Searle y
Vanderveken, 1985: 1). Un acto de este tipo ocurre cuando un hablante emite
proposiciones en cierto contexto y con cierta intención. Así, por ejemplo, las
afirmaciones, las promesas, las órdenes, las declaraciones y las disculpas son
actos ilocucionarios.
Informalmente, un acto
ilocucionario se define por una fuerza ilocucionaria y un contenido
proposicional. Las emisiones “Cierra la puerta” y “¿Podrías cerrar la puerta?”
tienen el mismo contenido proposicional, pero diferente fuerza ilocucionaria;
inversamente, “2+2=4” y “Veracruz es un estado en México” tienen la misma
fuerza ilocucionaria (la fuerza de la afirmación) pero diferente contenido
proposicional. Una lógica ilocucionaria es una lógica que estudia estos
componentes y define una relación de inferencia entre actos ilocucionarios: la
teoría lógica de Searle y Vanderveken, S&V, es una teoría del compromiso
ilocucionario y su meta principal es definir la implicación ilocucionaria (illocutionary entailment) (Searle y
Vanderveken, 1985: 6).
En S&V se dice que un acto
ilocucionario F1 implica un acto ilocucionario F2 (F1>>F2)
con el mismo punto si y sólo si F1 puede ser obtenido a partir de F2
aplicando las operaciones de la Observación 3 (véase Apéndice A, Proposición
1). En otras palabras, cualquier ejecución exitosa de un acto ilocucionario F2
compromete al hablante a un acto de la forma F1.
Esta
descripción abstracta de S&V puede aterrizarse mejor si se ilustra con
verbos ilocucionarios de un lenguaje natural —pues los verbos ilocucionarios
nombran actos ilocucionarios y el Cuadro 1 muestra algunos ejemplos— ordenados
en árboles de implicaciones ilocucionarias (Figuras 1a, 1b, 1c).
Asertivos |
Comisivos |
Directivos |
Declarativos |
Expresivos |
Confesar |
Jurar |
Suplicar |
Excomulgar |
Condolerse |
Sostener |
Consentir |
Ordenar |
Maldecir |
Deplorar |
Reportar |
Empeñar |
Demandar |
Bendecir |
Felicitar |
Afirmar |
Prometer |
Pedir |
Aprobar |
Agradecer |
Insistir |
Amenazar |
Rogar |
Nominar |
Elogiar |
Cuadro 1. Ejemplos de verbos ilocucionarios
Fuente: Elaboración propia
|
|
(a) Verbos asertivos |
|
|
|
(b) Verbos comisivos |
(c) Verbos directivos |
Figura 1. Tres árboles ilocucionarios
Fuente: Searle y Vanderveken (1985: 219 y ss.)
4. Una
aproximación ilocucionaria a la teoría de falacias
Con este marco formal
proponemos sendos modelos de las falacias mencionadas en la Sección 2 y
justificamos en qué sentido son patrones de razonamiento inválido en S&V.
4.1 Modelos ad misericordiam
En un argumento ad
misericordiam un hablante asevera una proposición p (con un acto ilocucionario ||Assure1||) o tiene
razones para mantener que p
(||Argue||) mediante un ruego (||Beg||), una súplica (||Supplicate||) o una
lamentación por p (||Lament||). Así, tenemos
inicialmente seis posibles modelos de esta falacia.
Definición 1: Modelos ad misericordiam
||Beg||>>||Argue|| |
(1) |
||Beg||>>||Assure1|| |
(2) |
||Supplicate||>>||Argue|| |
(3) |
||Supplicate||>>||Assure1|| |
(4) |
||Lament||>>||Argue|| |
(5) |
||Lament||>>||Assure1|| |
(6) |
Los modelos (1)-(4) pretenden
obtener puntos asertivos a partir de puntos directivos. Los modelos (5) y (6),
en contraste, comparten el mismo punto ilocucionario: el asertivo. A
continuación describimos estos puntos.
Cuando un hablante asegura que
p, trata de hacer sentir seguro a un
oyente porque este podría tener dudas con respecto a p. Asegurar (esto es, ||Assure1||), por tanto, es
aseverar con la intención de convencer al oyente de la verdad del contenido
proposicional de la emisión. Esto incrementa el grado de fuerza del punto
ilocucionario y determina la condición preparatoria de que el oyente tiene
dudas sobre p. Por tanto, ||Assure1||=[μ]||Assert||,
donde μ es un modo especial de logro tal que μ(i,p)=1 syss (||Assert||)=INT(hitiδoiti),
BEL(hitip(wi))=1 y |μ|=1 (Searle y
Vanderveken, 1985: 184). Por otro lado, cuando un hablante sostiene que p y lo asevera con supuestas razones de
soporte para p con la intención de
convencer al oyente de la verdad de p
(esto es, ||Argue||), hace que el acto ||Argue|| difiera de ||Assure1||
sólo por el hecho de que mode(||Argue||)(i,p)=1 syss hi en i
da razones a favor de p y mode(||Assure1||)(i,p)=1 (Searle y Vanderveken, 1985:
184).
Cuando un hablante ruega (esto
es, ||Beg||), solicita humildemente mientras expresa un fuerte deseo o una
fuerte necesidad. Por tanto, ||Beg|| difiere de ||Request|| por el hecho de que
mode(||Beg||)(i,p)=1 syss mode(||Request||)(i,p)=1 y iΠ||Request||p
de manera humilde y degree(||Beg||)=η(||Beg||)=degree(||Request||)+1. Por otro lado,
||Supplicate|| es rogar humildemente, por lo que ||Supplicate||=[μ]||Beg||,
donde μ es un modo de logro tal que μ(i,p)=1
syss iΠ||Beg||p de manera humilde (Searle y
Vanderveken, 1985: 204).
||Lament||, por otro lado, es
un asertivo. Que un hablante lamente que p
es que afirme p mientras expresa
tristeza, por lo que hay una modificación en las condiciones de sinceridad: Ψ||Lament||(i,p)=[Ψ||Complain||(i,p) ∪{tristeza(p)}] (Searle y Vanderveken, 1985: 192).
Con estos elementos podemos
considerar la siguiente proposición sobre los modelos ad misericordiam:
Proposición 1: Los modelos ad misericordiam son inválidos en
S&V.
Los
modelos (1)-(4) son inválidos: dada la propiedad de completud, la implicación
ilocucionaria ocurre sólo dentro de un mismo punto ilocucionario. Por tanto, no
existe un camino en el árbol de asertivos que comience en ||Assure1||
o en ||Argue|| y que termine en ||Beg|| o en ||Supplicate||. Los modelos (5) y
(6), por otro lado, son inválidos porque no existe un camino en el árbol de
asertivos que comience en ||Assure1|| o en ||Argue|| y que termine
en ||Lament||.
4.2 Modelos ad populum
En los argumentos ad populum un hablante asevera que p (||Assure1||) o que tiene razones de soporte para p (||Argue||) apelando a que la mayoría
de hablantes aseveran que p: lo que
está en juego es el tamaño de la población (#) de hablantes que asevera que p.
Definición 2: Modelos ad
populum
||Assert#h>#o||>>||Argue|| |
(7) |
||Assert#h>#o||>>||Assure1|| |
(8) |
Los modelos (7) y (8)
comparten el punto asertivo. En este caso el nuevo acto ilocucionario es
||Assert||, el cual es un acto primitivo y nombra la fuerza ilocucionaria de la
aseveración misma, es decir, ||Assert||=⊢.
Proposición 2: Los modelos ad populum son inválidos en S&V.
Supongamos
#h=#o, es decir, que el tamaño de la población de hablantes es igual a la de
oyentes. Bajo esta suposición podemos ver que (7) y (8) pueden reducirse a un
modelo general de la forma ||Assert||>>||Argue||. Pero esta forma es
inválida porque no existe un camino en el árbol de asertivos que comience en
||Assure1|| o en ||Argue|| y que termine en ||Assert||.
Corolario 1: El modelo petitio
principii es inválido en S&V.
Una petitio principii tiene el modelo
||Assert||>>||Argue|| cuando #h=#o. Esto sugiere que las falacias ad populum son en realidad instancias
generalizadas de peticiones de principio. Esto parece ser consistente con la
suposición de que las falacias ad populum
son falaces porque la mera aserción de una proposición no es justificación de
la proposición, sin importar cuántos agentes la aseveren.
4.3 Modelos ad ignorantiam
En un argumento ad
ignorantiam un hablante asevera que p
(||Assure1||) o que tiene razones de soporte para p (||Argue||) afirmando que no hay
razones para apoyar ∼p o para
negar que ∼p.
Definición 3: Modelos ad ignorantiam
¬||Argue(∼p)||>>||Argue(p)|| |
(9) |
¬||Argue(∼p)||>>||Assure1(p)|| |
(10) |
¬||Deny(∼p)||>>||Argue(p)|| |
(11) |
¬||Deny(∼p)||>>||Assure1(p)|| |
(12) |
Los modelos (9)-(12) comparten
el punto asertivo y, en este caso, se introduce un nuevo acto ilocucionario: el
rechazo o ||Deny||. Un rechazo de p
es la negación proposicional de una afirmación de p de tal manera que ||Deny||p=∼p, esto
es, rechazar que p es aseverar que p no es el caso (Searle y Vanderveken,
1985: 192). Notemos, además, que en estos modelos ∼ y ¬ son diferentes
negaciones. La primera, la negación proposicional, es veritativo-funcional. La
segunda, llamada denegación, no lo
es: no es el caso que ¬F se ejecuta en i
syss F no se realiza en i. La no
ejecución de F en i no implica que ¬F
se ejecute en i. Esto garantiza el fallo de tertium
non datur (no es el caso que F se ejecute en i o ¬F se ejecute en i) y
la doble negación (¬¬F>>F)
entre actos ilocucionarios. Por tanto, la negación ilocucionaria o denegación
se comporta como una negación intuicionista: F>>¬¬F funciona, pero
¬¬F>>F no. La negación proposicional, por otro lado, compromete a un
hablante a la denegación, pero no a la inversa: F(∼p)>>¬F(p). Por ejemplo, un rechazo de que
“Puebla está en Ucrania” compromete al hablante a la denegación de la
afirmación de que “Puebla está en Ucrania”. Por otro lado, F(p)>>¬F(∼p), es
decir, un hablante que ejecuta una ilocución se compromete con la denegación
del contenido proposicional de dicha ilocución, pero no a la inversa. Por
ejemplo, una afirmación compromete al hablante con la denegación de un rechazo,
pero no a la inversa, esto es, p>>¬||Deny||(p).
Proposición 3: Los modelos ad ignorantiam son inválidos en S&V.
Podemos
reducir los modelos previos a un único caso, sin pérdida de generalidad, dado
que todos comparten el mismo punto ilocucionario en el mismo nivel de anidación
en su respectivo árbol. Esta reducción muestra que la forma de estos modelos es
¬F(∼p)>> F(p).
Pero dadas las propiedades de la denegación, esta estructura no es admisible en
S&V.
4.4 Modelos ad baculum
En un argumento ad
baculum un hablante asevera que p
(||Assure1||) o que tiene razones de soporte para p (||Argue||) amenazando a un oyente
(||Threaten||).
Definición 4: Modelos ad baculum
||Threaten||>>||Argue|| |
(13) |
||Threaten||>>||Assure1|| |
(14) |
Los modelos (13) y (14)
pretenden obtener asertivos a partir de comisivos. El acto comisivo que se
introduce en este nuevo modelo es ||Threaten||. Una amenaza es similar a una
promesa pero difiere de esta porque su ejecución resulta en una desventaja para
el oyente y porque una amenaza no supone obligación. ||Threaten|| difiere de
||Commit|| sólo por el hecho de que Σ||Threaten||(i,p)=[{p es malo para hi
}∪Σ(i,p)] (Searle y Vanderveken, 1985: 193).
Proposición 4: Los modelos ad baculum son inválidos en S&V.
Los
modelos (13) y (14) son inválidos porque no existe un camino en el árbol que
comience en ||Threaten|| y que termine en ||Argue|| o en ||Assure1||.
5.
Conclusiones
En este trabajo hemos presentado una aproximación
ilocucionaria a la teoría de falacias utilizando un sistema de lógica
ilocucionaria y recuperando la posición estándar de la definición de falacia.
Nuestra aproximación muestra que algunas falacias informales populares son
falaces porque, en efecto, son patrones de razonamiento que fallan en
establecer una relación de orden. Esto, en nuestra opinión, resulta ser una
solución más bien tradicional porque sugiere que estas falacias son, en efecto,
falaces porque son deductivamente inválidas.
Esta
aproximación ilocucionaria a la teoría de falacias, alejada de los enfoques
pragmáticos contemporáneos pero compatible con ellos, se acerca más a la visión
tradicional porque asume la definición de una falacia como un patrón de
razonamiento inválido que parece ser válido; y aunque en esta contribución nos
hemos enfocado únicamente en cinco falacias populares, creemos que esta
aproximación formal puede extenderse para modelar otras falacias aparentemente
indómitas.
Bibliografía
Austin, J. L. y M. Sbisa. (1975). How to Do Things with Words. Harvard
University Press.
Copi, I. M. y C. Cohen. (1990). Introduction to logic. New York:
Macmillan.
Finocchiaro, M. A. (1981). Fallacies and
the evaluation of reasoning. American
Philosophical Quarterly, 18(1), 13-22.
Hamblin, C. (1970). Fallacies. London: Methuen.
Hansen, H. V. (2002). The straw thing of
fallacy theory: the standard definition of fallacy. Argumentation, 16(2), 133-155.
Johnson, R. y J. A. Blair. (1993). Logical Self-Defence. 3a ed. Toronto:
McGraw-Hill Ryerson.
Searle, J. R. (1969). Speech Acts: An Essay in the Philosophy of
Language. Cambridge: Cambridge University Press.
Searle, J. y D. Vanderveken. (1985). Foundations of Illocutionary Logic.
Cambridge: Cambridge University Press.
Van Eemeren, F. y R. Grootendorst.
(1995). “The Pragma-Dialectical Approach to Fallacies”. En H. Hansen y R.
Pinto. (eds.), Fallacies: Classical and
contemporary readings (pp. 130-144). University Park, Pa.: Pennsylvania
State University Press.
Woods, J. y D. N. Walton. (1989). Fallacies: Selected Papers, 1972-1982.
Dordrecht: Foris.
Apéndice
A. Elementos del sistema de lógica ilocucionaria S&V
Las ilocuciones se dan en
contextos de emisión que incluyen hablantes, oyentes, tiempos, lugares y
posibilidades. Cada ilocución tiene un propósito o punto. El punto de las
aseveraciones (punto aseverativo) es la descripción de un estado de cosas. El
punto de las promesas (punto comisivo) es comprometer a un hablante a cumplir
ciertas acciones. El de las órdenes (punto directivo) es comprometer a un
oyente a cumplir ciertas acciones. El punto de las declaraciones (punto
declarativo) es ejecutar una acción al declararla. El punto de las expresiones
(punto expresivo) es expresar los sentimientos y actitudes del hablante.
Definición 1: Contexto de emisión.
Sea
H un conjunto de hablantes, O un conjunto de oyentes, T un
conjunto de tiempos, L un conjunto de lugares, y M un conjunto de
mundos posibles. Un contexto de emisión es I ⊂ H × O × T × L × M
t.q. i = hi, oi, ti,
li, mi.
Definición 2: Punto
ilocucionario.
Un punto ilocucionario se define por una relación Π en
I×Prop t.q. iΠFp syss hi en i
tiene éxito al lograr tal punto ilocucionario en p.
Las
condiciones de logro se definen para los puntos aseverativo (Π1),
comisivo (Π2), directivo (Π3), declarativo (Π4)
y expresivo (Π5). El punto aseverativo se define del siguiente modo.
Definición 3: Punto ilocucionario aseverativo.
Un hablante hi tiene éxito al lograr un punto
aseverativo en p en el contexto i, iΠ1p,
syss en i, hi representa el estado de cosas de que p
es el caso en wi.
De manera similar, iΠ2p syss hi
se compromete a llevar a cabo una acción en p. iΠ3p
syss hi intenta que oi ejecute p. iΠ4p
syss hi ejecuta p por su mera emisión en i. iΠ5p
syss hi expresa sus sentimientos sobre p.
Algunos
actos ilocucionarios requieren condiciones especiales para llevarse a cabo. Por
ejemplo, un hablante que emite una orden desde una posición de autoridad tiene
condiciones distintas a las de un hablante que simplemente emite una solicitud.
Estas diferencias se llaman modos de logro.
Definición 4: Modo de
logro.
El modo de logro es una función μ:I×Prop→{1,0} t.q. μ(Π)=1 syss hi
se compromete a Π en p en i.
De forma equivalente, mode(F)(i,p)=1
syss hi en i logra ΠF en p en el
modo requerido por F. Por ejemplo, mode(||order||)(i,p)=1 syss hi en i logra el punto
directivo en p invocando su autoridad sobre oi.
Ahora, los
actos ilocucionarios pueden lograr el mismo punto ilocucionario pero con
diferentes grados de fuerza. Por ejemplo, si un hablante conjetura que Querétaro
está en México, su punto es más débil que su afirmación del mismo contenido
proposicional.
Definición 5: Grado de fuerza.
El grado
de fuerza de un punto ilocucionario es una función degree:Φ→Z t.q. degree(F)
es el entero que representa la fuerza con la que ΠF se logra. iΠFkp
indica que hi en i logra ΠF en p con
grado de fuerza k.
Observación 1: Mayores/menores grados de fuerza
sólo son significativas dentro de un mismo punto ilocucionario.
En otros
casos un acto ilocucionario puede imponer algunas condiciones de contenido
proposicional. Por ejemplo, cuando un hablante ejecuta una orden, el contenido
de la orden no debe ser una instrucción incompatible: un hablante no le puede
ordenar a un oyente mudo que hable con fluidez.
Definición
6: Condiciones
de contenido proposicional.
Las condiciones de contenido proposicional se definen por
una función Θ:I→℘(Prop)
t.q. Θ mapea cada contexto de emisión a un conjunto de proposiciones con
atributo particular.
Así, por ejemplo, Θfuture=Prop||predict||,
pues las predicciones, para ser exitosas, requieren ser aseveraciones sobre
estados de cosas futuros. Nótese que Prop||assert||(i)=Prop, pues
las aseveraciones no tienen condiciones proposicionales.
Considérese,
por otro lado, el caso de una disculpa. Si un hablante se disculpa con un
oyente se presupone que la acción por la cual se disculpa es moralmente
sancionable, pues de otro modo no habría necesidad de disculparse. Esto indica
que hay condiciones preparatorias.
Definición 7: Condiciones
preparatorias.
Las condiciones preparatorias de un punto ilocucionario se
definen por una función Σ:I×Prop→℘(Prop)
t.q. Σ mapea un acto ilocucionario a un conjunto de proposiciones con
pre-condiciones.
Por ejemplo, Σ||Assert||(i,p)=[{ρhitip}],
esto es, las condiciones preparatorias de una aseveración requieren que hi
tenga razones para la verdad de p en ti, lo cual se
denota con ρ.
Pero
además, cuando un hablante ejecuta un acto ilocucionario expresa un estado
psicológico. Cuando asevera algo, su actitud intencional es la creencia; cuando
promete, es la intención; cuando ordena, es el deseo: estos son ejemplos de
condiciones de sinceridad.
Definición 8:
Condiciones de sinceridad.
Las condiciones de sinceridad de un punto ilocucionario se
definen por una función Ψ:I×Prop→℘(M×Prop).
Por
ejemplo, Ψ||Assert||(i,p)=[{BEL(p)}] y Ψ||Beg||(i,p)=[{DES(p)}],
es decir, que la condición de sinceridad de las aseveraciones es la creencia y
la de la súplica es el deseo. Pero estas condiciones también vienen en grados.
Si un hablante implora o ruega por algo, expresa su deseo de forma más fuerte a
que si sólo lo solicita. Por tanto, hay grados en las condiciones de
sinceridad.
Definición 9: Grado de fuerza de las
condiciones de sinceridad.
El grado
de fuerza de las condiciones de sinceridad se define por una función η:Ψ→Z.
Con estos
componentes básicos se define un acto ilocucionario:
Definición 10: Acto
ilocucionario.
Un
acto ilocucionario es una estructura F(p) t.q. F(p)=<ΠF, μ, degree,
Θ, Σ, Ψ, η>, donde ΠF es un punto ilocucionario, μ es el modo de
logro del punto ilocucionario, degree es el grado de fuerza con la que
el punto es logrado, Θ representa condiciones de contenido proposicional, Σ
representa condiciones preparatorias, Ψ condiciones de sinceridad, y η el grado
de fuerza de las condiciones de sinceridad. Así, un acto ilocucionario F(p) es
una estructura definida por F∈Φ⊂℘((I×Prop)×2I×Prop×Z×(℘((Prop))I×(℘((Prop))I×Prop×℘((M×Prop)I×Prop×Z
y p∈Prop.
Consecuentemente,
la lógica ilocucionaria define la implicación entre actos ilocucionarios.
Definición 11: Implicación
ilocucionaria.
Sean
F1 y F2 actos ilocucionarios. Se dice que F1
implica F2 (F1>>F2) syss, para toda p∈Prop, toda
condición de éxito de F2(p) es condición de éxito de F1(p),
esto es, {i/F1(p) se ejecuta en i}⊆{i/F2(p)
se ejecuta en i}.
Observación
2: La implicación ilocucionaria es un orden parcial en Φ.
Observación 3: La implicación ilocucionaria
puede ocurrir por:
·
El grado de fuerza:
[+1]F>>F, F>>[−1]F.
·
El modo de logro:
[μ]F>>F.
·
Las condiciones de
contenido proposicional: [Θ]F>>F.
·
Las condiciones
preparatorias: [Σ]F>>F.
·
Las condiciones de
sinceridad: [Ψ]F>>F.
Proposición 1: (Completud) Un
acto ilocucionario F1 implica un acto ilocucionario F2 con
el mismo punto syss F1 puede ser obtenido a partir de F2 aplicando
las operaciones de la Observación 3.
Dadas estas consideraciones, en S&V es posible definir
árboles con los siguientes elementos:
1.
Un conjunto F
de verbos ilocucionarios.
2.
Una función n:F→Z+
llamada “nivel de F”.
3.
Una relación → en F
t.q. para cualquier par de verbos F, F’∈F,
F’→F syss F’>>F y para todo F’’ ni F’>>F’’ ni F’’>>F’. F’→F
se interpreta como “F’ es un sucesor lingüístico inmediato de F”. Esta relación
tiene dos condiciones: i) existe un único verbo ilocucionario de nivel 1
(la raíz del tableau); y ii)
para cualquier verbo ilocucionario F, si F’→F, entonces n(F’)=n(F)+1. Un verbo
ilocucionario es un punto final si no tiene sucesor. Un camino es cualquier
secuencia finita de verbos ilocucionarios: F’→F sólo si existe un camino cuyo
primer término sea F y cuyo último término sea F’.
[1] […]
tan degradado, desgastado y dogmático […] como podría imaginarse
—increíblemente ligado a la tradición, pero tan carente de lógica como de
sentido histórico, y casi sin conexión con cualquier otra cosa en la Lógica
moderna en general (Traducción del editor).