Argumentación y lógica, ¿amigas o enemigas?

¿Substitutas o complementarias?

¿Relacionadas o independientes?

Fernando Leal Carretero

ferlec@hotmail.com

Universidad de Guadalajara

Departamento de Estudios en Educación

Guadalajara, México

Fecha de recepción: 14-06-17

Fecha de aceptación: 20-06-17

 

Leal Carretero, F. (2017). Argumentación y lógica, ¿amigas o enemigas? ¿Substitutas o complementarias? ¿Relacionadas o independientes?

Quadripartita Ratio: Revista de Retórica y Argumentación, 2(4), 58-60. ISSN: 2448-6485

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Con este número 4 de Quadripartita Ratio inauguramos una nueva modalidad: la columna regular, lo que en las revistas y periódicos anglosajones llaman un feature. Apostamos aquí a que hay temas de gran interés en la comunidad formada por los estudiosos hispanohablantes de argumentación, lógica y retórica; temas que requieren ventilarse, discutirse, debatirse. Uno de ellos es sin duda la relación que guarda la lógica (la dura, la formal, la matemática) con los estudios sobre argumentación, un área mucho más variopinta, caótica, “blanda”. Partamos de un hecho. Existen al menos las siguientes siete grandes clases de personas interesadas en la relación lógica-argumentación:

1.    Las personas que alguna vez fueron profesores de lógica, pero ya no lo son porque cambiaron a ser profesores de argumentación.

2.    Las que siguen siendo profesores de lógica, pero además dan cursos de argumentación.

3.    Las que siguen siendo profesores de lógica, no enseñan argumentación, pero la ven con buenos ojos.

4.    Las que siguen siendo profesores de lógica, no enseñan argumentación, y ven a la argumentación con suspicacia, fundada o infundada.

5.    Las que son profesores de argumentación y no de lógica, aunque ven a la lógica con buenos ojos, es decir, como una disciplina que puede usarse juiciosamente como un elemento muy útil, aunque de lejos no el único, a la hora de enseñar argumentación.

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6.    Las que son profesores de argumentación, no son profesores de lógica, y ven a la lógica con suspicacia, fundada o infundada.

7.    Las que no son profesores ni de argumentación ni de lógica (sino, por ejemplo, de epistemología, filosofía del lenguaje, filosofía de la ciencia, retórica, o lo que sea), pero estudian argumentación o lógica y se interesan por al menos una de las dos.

Mi impresión personal es que se trata de clases disjuntas; pero probablemente me equivoco y caben aquí matices, transiciones graduales y múltiples pertenencias. Tal vez haya otras clases, o alguna de estas se considere demasiado tosca. Eso no importa; lo que sí importa es que podemos ver que hay personas que se inclinan más en una dirección que en otra, personas que ven las actividades de otras con sospecha y aun con hostilidad, y también personas deseosas y hasta ansiosas de cooperación con otras. Al final de cuentas, las cosas no van a cambiar: va a seguir habiendo tanto cursos de lógica formal como cursos de argumentación en el futuro previsible, y lo mismo revistas, congresos, libros y proyectos de investigación en ambas áreas. Lo que queremos con esta columna es ventilar nuestras diferencias, resolver o al menos zanjar nuestros desacuerdos, presentar y discutir nuestros argumentos, compartir nuestras experiencias.

Es esta una columna de todos para todos, donde podemos charlar y debatir, bromear y ponernos muy serios. ¿Resulta que alguien intentó enseñar lógica formal con el propósito de hacer de sus estudiantes argumentadores más claros, ordenados y efectivos, pero se dio cuenta de que, por más admiración que la lógica formal le inspiraba y sigue inspirando, tuvo que reconocer que no le funcionaba para ese fin? Pues que nos explique su historia y nos brinde las conclusiones de sus razonamientos. ¿O resulta que a alguien le llamó la atención y hasta le tomó por sorpresa la existencia de todo un campo nuevo de argumentación que había emergido sin que se diera cuenta, y entonces por curiosidad se puso a leer en ese campo, pero sólo para decepcionarse amargamente de la indudable diferencia de nivel teórico entre ese campo todavía poco desbrozado y el muy fértil y muy bien cultivado de la lógica formal? Pues que nos cuente también cómo le fue en la feria y qué propone. ¿O resulta que a alguien le parecen ambas áreas de trabajo igualmente respetables, pero por lo visto incapaces de alimentarse una a otra o aprender una de otra? Pues que nos diga cuál ha sido el camino que le ha llevado a tan triste conclusión.

La idea es que no es necesario escribir todo un artículo sesudo y solemne para iniciar la conversación; basta con que, poco a poco, cada uno de nosotros escriba una nota (entre 2,000 y 4,000 palabras) sobre el tema. La forma de la nota queda a la libertad del autor o autora. Puede ser una narrativa de experiencias, una descripción de cosas observadas o un razonamiento puntual y directo. Todas las [60] opiniones son bienvenidas; y todos los tonos también. La columna permanecerá abierta de forma indefinida, por lo que pedimos a los amables lectores que tomen esto como una invitación a tomar la palabra cuando así lo deseen; pero por favor no lo pospongan demasiado, pues su contribución no puede sino enriquecer nuestra comprensión de los problemas. Por cierto, la nota que escriban puede, si así lo desean, retomar lo que otros hayan dicho antes, sea para contradecirlos, refutarlos, ampliarlos, plantear objeciones o lanzar preguntas. Lo que queremos es un foro amplio y abierto a todas las personas que cultiven sea la lógica, la argumentación o ambas, o bien que tengan interés en uno u otro campo. Hablando se entiende la gente: ¡comencemos a hablar!